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Plegarias Eucarísticas


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Misa


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XXXI Ordinario

05 de noviembre de 2023
XXXI Ordinario
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos hermanos a la celebración de la acción de gracias por el don del evangelio. Venimos juntos a alabar al único Jefe, Cristo, y para aprender de Él el servicio a los hermanos. La mejor manera de celebrar a nuestro único Señor es participando en la Eucaristía que Él mismo nos ofrece y preside. Comencemos con la antífona y el canto de entrada.
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 37. 22-23
No me abandones, Señor, Dios mío, no te alejes de mí. Ven de prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvador.
Canto de entrada
Coro
¡Despertemos, llega Cristo!
¡Ven, Señor Jesús!
¡Acudamos a su encuentro!
¡Ven, Señor!
Estrofa 1
La Iglesia espera tu venida, mi Dios
¡Ven, Señor Jesús! (Maranatha)
Y llena de alegría canta
¡Ven, Señor Jesús! (Maranatha)
Coro
¡Despertemos, llega Cristo!
¡Ven, Señor Jesús!
¡Acudamos a su encuentro!
¡Ven, Señor!

PORQUE ES NAVIDAD

Quieres saber una cosa?
Ya se acerca navidad
Prepara una gran sonrisa
Hay mucho que celebrar
Quieres, quieres saber lo importante
Todo depende de ti
Con el corazón a punto
Porque es navidad

Pon los adornos, saca las luces, el nacimiento está
Coloca el árbol, un villancico y la estrella brillará
Y siempre recuerda ésta canción

Quieres saber una cosa?
Ya se acerca navidad
Prepara una gran sonrisa
Hay mucho que celebrar
Quieres, quieres saber lo importante
Todo depende de ti
Con el corazón a punto
Porque es navidad

Ya llega el niño, María duerme, San José en el portal
Junto a los reyes prepara todo la fiesta va a empezar
Este es el día especial

Quieres saber una cosa?
Ya se acerca navidad
Prepara una gran sonrisa
Hay mucho que celebrar
Quieres, quieres saber lo importante
Todo depende de ti
Con el corazón a punto
Con el corazón a punto
Con el corazón a punto
Porque es navidad
Porque es navidad

En el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
SALUDO
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre y de Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes.
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL

Hermanos; para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.

Defensor de los pobres:

Señor, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Refugio de los débiles:

Cristo, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Esperanza de los pecadores:

Señor, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Amén

GLORIA

ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, a cuya gracia se debe el que tus fieles puedan servirte digna y laudablemente, concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos tienes prometidos. Por nuestro Señor Jesucristo Tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
Tomen asiento daremos inicio a la:
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
El profeta Malaquías advierte a los sacerdotes del pueblo judío cómo deber ser su comportamiento ante Dios y ante su pueblo. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Malaquías 1, 14-2, 2.8-10

"Yo soy el rey soberano, dice el Señor de los ejércitos; mi nombre es temible entre las naciones. Ahora les voy a dar a ustedes, sacerdotes, estas advertencias: Si no me escuchan y si no se proponen de corazón dar gloria a mi nombre, yo mandaré contra ustedes la maldición".

Esto dice el Señor de los ejércitos: "Ustedes se han apartado del camino, han hecho tropezar a muchos en la ley; han anulado la alianza que hice con la tribu sacerdotal de Leví. Por eso yo los hago despreciables y viles ante todo el pueblo, pues no han seguido mi camino y han aplicado la ley con parcialidad".

¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos traicionamos entre hermanos, profanando así la alianza de nuestros padres?

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL SALMO
Con el salmo 130 pidamos al Señor paz, dirigidos por el coro
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 130
Señor, consérvame en tu paz.
Señor, consérvame en tu paz.

Señor, mi corazón no es ambicioso
ni mis ojos soberbios;
grandezas que superen mis alcances
no pretendo.

Señor, consérvame en tu paz.

Estoy, Señor, por lo contrario,
tranquilo y en silencio,
como niño recién amamantado
en los brazos maternos.

Señor, consérvame en tu paz.

Que igual en el Señor esperen
los hijos de Israel, ahora y siempre.

Señor, consérvame en tu paz.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Pablo nos habla de su amor a los cristianos, de sus fatigas, de su alegría por haber gastado su vida al servicio del evangelio. Pablo es el modelo del nuevo apóstol, del nuevo predicador y del servidor fiel. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 7-9.13

Hermanos: Cuando estuvimos entre ustedes, los tratamos con la misma ternura con la que una madre estrecha en su regazo a sus pequeños. Tan grande es nuestro afecto por ustedes, que hubiéramos querido entregarles, no solamente el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia vida, porque han llegado a sernos sumamente queridos.

Sin duda, hermanos, ustedes se acuerdan de nuestros esfuerzos y fatigas, pues, trabajando de día y de noche, a fin de no ser una carga para nadie, les hemos predicado el Evangelio de Dios.

Ahora damos gracias a Dios continuamente, porque al recibir ustedes la palabra que les hemos predicado, la aceptaron, no como palabra humana, sino como lo que realmente es: palabra de Dios, que sigue actuando en ustedes, los creyentes.

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL EVANGELIO
A algunos les gusta aparentar lo que no son. A algunos les gusta mandar pero no obedecer.
El evangelio nos recuerda que sólo hay un Primero, El Señor, que sólo hay un servidor, Jesucristo. Nosotros tenemos que invocarle y aprender de Él.
Escuchemos la proclamación del evangelio.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 23, 9. 10
Aleluya, Aleluya
Coro
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya.
Estrofa 1
Ven Señor Jesús,
a darnos la paz.
Coro
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya.
Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor.
Aleluya, Aleluya
EVANGELIO
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.

Del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.

Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Tomen asiento
HOMILÍA
Contribuir a la conversión de la Iglesia

No son pocos los que se han alejado de la fe, escandalizados o decepcionados por la actuación de una Iglesia que, según ellos, no es fiel al evangelio ni actúa en coherencia con lo que predica. También Jesús criticó con fuerza a los dirigentes religiosos: «No hacen lo que dicen». Solo que Jesús no se quedó ahí. Siguió buscando y llamando a todos a una vida más digna y responsable ante Dios.

A lo largo de los años, también yo he podido conocer, incluso de cerca, actuaciones de la Iglesia poco coherentes con el evangelio. A veces me han escandalizado, otras me han hecho daño, casi siempre me han llenado de pena. Hoy, sin embargo, comprendo mejor que nunca que la mediocridad de la Iglesia no justifica la mediocridad de mi fe.

La Iglesia tendrá que cambiar mucho, pero lo importante es que cada uno reavivemos nuestra fe, que aprendamos a creer de manera diferente, que no vivamos eludiendo a Dios, que sigamos con honestidad las llamadas de la propia conciencia, que cambie nuestra manera de mirar la vida, que descubramos lo esencial del evangelio y lo vivamos con gozo.

La Iglesia tendrá que superar sus inercias y miedos para encarnar el evangelio en la sociedad moderna, pero cada uno hemos de descubrir que hoy se puede seguir a Cristo con más verdad que nunca, sin falsos apoyos sociales y sin rutinas religiosas. Cada uno hemos de aprender a vivir de manera más evangélica el trabajo y la fiesta, la actividad y el silencio, sin dejarnos modelar por la sociedad, y sin perder nuestra identidad cristiana en la frivolidad moderna.

La Iglesia tendrá que revisar a fondo su fidelidad a Cristo, pero cada uno hemos de verificar la calidad de nuestra adhesión a él. Cada uno hemos de cuidar nuestra fe en el Dios revelado en Jesús. El pecado y las miserias de la institución eclesial no me dispensan ni me desresponsabilizan de nada. La decisión de abrirme a Dios o de rechazarlo es solo mía.

La Iglesia tendrá que despertar su confianza y liberarse de cobardías y recelos que le impiden contagiar esperanza en el mundo actual, pero cada uno somos responsables de nuestra alegría interior. Cada uno hemos de alimentar nuestra esperanza acudiendo a la verdadera fuente.

Nos ponemos de pie
Credo Niceno-Constantinopolitano
CREDO NICENO-CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;

que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;

y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo,

y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

Hermanos y hermanas, la Palabra de hoy nos recuerda lo fundamental de una comunidad cristiana: el único Señor es Cristo, y todos los demás somos hijos amados de Dios. Oremos juntos:

Queremos vivir con actitud de servicio fraterno.

Queremos vivir con actitud de servicio fraterno.

• Necesitamos una Iglesia menos jerárquica, más circular, más hermanada, más cerca de los pobres y desfavorecidos de este mundo.

Queremos vivir con actitud de servicio fraterno.

• Necesitamos comunidades parroquiales y religiosas con gobiernos que sirven y acogen, donde cada uno nos sintamos llamados a participar activamente y responsablemente.

Queremos vivir con actitud de servicio fraterno.

• Necesitamos hombres y mujeres que transparenten con sus vidas a Jesús, que nos recuerden la llamada a la hermandad, que contagien deseos de paz y unidad universal.

Queremos vivir con actitud de servicio fraterno.

• Necesitamos que los responsables de nuestros gobiernos, comunidades y familias ejerzan sus funciones de mando con humildad, con actitud de servicio, sin considerarse el centro o la referencia absoluta para los demás.

Queremos vivir con actitud de servicio fraterno.

• Necesitamos instituciones, asociaciones, fundaciones, que siembren paz, ternura, perdón, cuidado, humanidad en las cárceles, en los hospitales, en las residencias, en los hogares de infancia, en los consejos tutelares….

Queremos vivir con actitud de servicio fraterno.

ORACION POR LAS VOCACIONES

Oh, Jesús,
Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar
con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad,
danos vocaciones,
danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la Inmaculada
Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.
Oh Jesús, danos sacerdotes y religiosos
según tu corazón. Amén.

Pueden sentarse, ahora iniciamos la:
LITURGIA EUCARÍSTICA
MONICIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
El pan y el vino que te presentamos, nos recuerdan que, al igual que el Señor Jesús, debemos ofrecernos como verdaderos servidores de nuestros hermanos.
CANTO DE OFRENDAS
Estrofa 1
En la espera de que vengas, oh Señor,
preparamos esta ofrenda bajo el sol,
bajo el sol que nos anuncia,
la pronta llegada tuya
preparamos nuestro corazón.
Coro
Y recibe, oh Dios, mi vida
que la traigo aquí rendida
y transfórmala en tu amor.
Estrofa 2
Con el trigo, el trajín de una jornada,
con el vino, la alegría y el amor,
toma nuestras esperanzas,
sacrificios de alabanzas
que sean gratos a tu corazón.
Coro
Y recibe, oh Dios, mi vida
que la traigo aquí rendida
y transfórmala en tu amor.

A TI, SEÑOR

A ti Señor, levantaré mi alma
A ti Señor, levantaré mi alma
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

De los pecados de mi juventud
y de mis rebeliones no te acuerdes más.
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

¿Quién es el hombre que teme al Señor?
Él le enseñará el camino a seguir.
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

Mira mi aflicción y mi trabajo
y perdóname mis pecados.
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

Guarda mi alma y líbrame
no sea yo avergonzado porque en ti confíe
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; Él será para nosotros bebida de salvación.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

Lava del todo mi delito. Señor, y limpia mi pecado.

De pie

Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que este sacrificio sea para ti una ofrenda pura, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios

Es justo y necesario

PREFACIO: Todos iguales

Este es el momento dentro de nuestra celebración de darte gracias, Dios y Padre nuestro, porque nos has creado, nos das la vida y estás en todos y cada uno de nosotros.

Ya es una maravilla que podamos llamarte 'Padre', pero aún lo es más que Tú nos consideres hijos tuyos y nos quieras a todos por igual, incondicionalmente. Por eso te bendecimos y soñamos que algún día todos los seres humanos te reconozcamos como Dios bueno y nuestro Padre.

En nombre de todos tus hijos repartidos por el mundo, que nos acompañan en esta aventura de la vida e integran nuestra gran familia de hermanos, te dirigimos este himno de gloria y acción de gracias.

SANTO

Estrofa 1
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo,
llenos están, el cielo y la tierra,
de tu gloria, hosanna
Coro
Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo,
hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.
Estrofa 2
Bendito el que viene
en el nombre del Señor,
hosanna en el cielo,
hosanna.
Coro
Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo,
hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.

SANTO

Santo, Santo, Santo, El Señor Dios del Universo
el cielo y la tierra están llenos de su gloria.

Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo
Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo.

Bendito el que viene en el nombre del Señor

Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo
Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo.

Te damos gracias en especial, Padre Dios, por tu hijo Jesús, que es como nuestro hermano mayor, nos ha descubierto tu rostro verdadero y nos ha enseñado a quererte como Padre. Nos ha insistido en que somos todos hermanos, que debemos cuidar unos de otros y llevar una sola bandera, el bien de la humanidad.

Jesús optó por los marginados, para que dejaran de serlo y se integraran en la familia. Y optó por los pobres y oprimidos, porque no es de justicia que tantos hermanos se sientan desamparados.

Nos hizo ver que somos todos Caminantes y que hemos de marchar de la mano hacia tu encuentro. Él ha ido por delante en el camino.

Consagración del Pan y el Vino

Por eso te suplicamos Señor que derrames tu Santo Espíritu sobre estos dones de Pan y Vino y así se nos conviertan en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo Jesús, nuestro Señor.

Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, y, mientras cenaba con sus discípulos, tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.

Hagan esto en conmemoración mía.

Éste es el Misterio de la fe. Cristo nos redimió.

Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte. Señor, hasta que vuelvas.

Querríamos, Señor y Padre nuestro, recibir ahora una bendición especial tuya, para que esta celebración nos impacte, nos ayude a comprender mejor el ejemplo de Jesús y nos lleve a moldear la mente y cambiar la actitud.

No nos sentimos hermanos cabales de todos. Tú lo sabes, no lo estamos haciendo bien. Pero te prometemos cuidar mejor de todos tus hijos, en especial de los más necesitados. Así lo hicieron la Virgen María, Madre de nuestro Señor Jesucristo y su esposo San José, los apóstoles mártires y santos de todos los tiempos.

Queremos recuperar para la sociedad a quienes antes hemos marginado. Haznos creer que podemos hacer del género humano una auténtica familia de la que nadie se sienta excluido. Que toda la Iglesia, guiada por el Papa Francisco, por nuestro Obispo Carlos, sus Obispos auxiliares, presbíteros y diáconos nos acompañen en esta gran tarea de amor y misericordia.

Con cariño filial, honramos la memoria de tu hijo Jesús, y te pedimos por todos nuestros hermanos que se durmieron en la esperanza de la resurrección y brindamos en tu honor en señal de agradecimiento.

Amén

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
RITO DE COMUNIÓN

Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Padre Nuestro
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Líbranos de todos los males, Señor y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz, dense la paz como signo de reconciliación.
CORDERO
Estrofa 1
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo.
ten piedad de nosotros
ten piedad de nosotros.
Estrofa 2
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo.
ten piedad de nosotros
ten piedad de nosotros.
Estrofa 3
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo.
danos la paz, danos la paz,
danos, danos, danos la paz,
danos, danos, danos la paz.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros, ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros, ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Danos la paz, danos la paz.

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo,diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.

Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme.
MOTIVACIÓN A LA ANTÍFONA DE COMUNIÓN

Antes de recibir a Jesús Eucaristía, digamos juntos la Antífona de la Comunión.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 15, 11

Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.

Pueden sentarse
CANTO DE COMUNIÓN
Estrofa 1
Una voz clama en el yermo:
"preparad los caminos a Dios",
su verbo proclama su gloria
y aquellos que creen la verán.
Coro
Ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza
ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza.
Estrofa 2
El Espíritu está sobre ti, Jesús,
la Buena Nueva a los pobres traes,
la libertad al cautivo,
la luz a los ciegos das.
Coro
Ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza
ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza.
Estrofa 3
Por nuestra desobediencia
entró el dolor en el mundo,
mas Tú cargando con ella
rescatas a la humanidad.
Coro
Ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza
ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza.
Estrofa 4
Bendito seas, Dios de Israel,
porque eres fiel a tu alianza
y has liberado a tu pueblo
de toda injusticia y temor.
Coro
Ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza
ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza.


 


 

VEN SEÑOR

Mi Jesús, hoy quiero cantar
Que mi corazón dispuesto está
Tu amor y Tu majestad
En el una cuna encontrarán

Por eso ven, ven Señor,
Ilumina al mundo entero
Con tu paz y amor.
Ven Señor
Enciende otra vez el fuego
De mi corazón.
Ven Señor
Que hoy también yo quiero
Sentir tu calor.
Ven Señor
Que un pesebre encontrarás
En mi corazón.

Entra en mí, otra vez Señor,
como en mi primera comunión
no soy el mejor, pero aquí estoy,
se que tú me quieres tal cual soy.

Por eso ven, ven Señor,
Ilumina al mundo entero
Con tu paz y amor.
Ven Señor
Enciende otra vez el fuego
De mi corazón.
Ven Señor
Que hoy también yo quiero
Sentir tu calor.
Ven Señor
Que un pesebre encontrarás
En mi corazón.

Al cerrar, mis ojos Señor,
te siento muy cerquita de mi,
y al mirar tu rostro mi Dios
yo siempre te veo sonreír.

Por eso ven, ven Señor,
Ilumina al mundo entero
Con tu paz y amor.
Ven Señor
Enciende otra vez el fuego
De mi corazón.
Ven Señor
Que hoy también yo quiero
Sentir tu calor.
Ven Señor
Que un pesebre encontrarás
En mi corazón.

A veces Señor, me niego a Tu amor,
camino sin pensar en ti,
por eso Jesús, te pido perdón,
y me acerco confiado en Tu amor.

Por eso ven, ven Señor,
Ilumina al mundo entero
Con tu paz y amor.
Ven Señor
Enciende otra vez el fuego
De mi corazón.
Ven Señor
Que hoy también yo quiero
Sentir tu calor.
Ven Señor
Que un pesebre encontrarás
En mi corazón.


 


 


 

REFLEXIÓN

Después de haber comulgado reflexionemos con la siguiente oración….

VERDADEROS SERVIDORES DE LA IGLESIA

"Oh Señor, Tú que eres la luz
y la guía de la Iglesia,
te suplicamos humildemente
que nos concedas la gracia
de ser verdaderos servidores de tu Reino.
Llénanos de humildad y sabiduría
para que podamos seguir tus enseñanzas
y ser instrumentos de tu amor
y misericordia en el mundo.

Concédenos la fuerza para enfrentar los desafíos que surgen en el servicio a tu Iglesia,
y danos la paciencia y la comprensión
para tratar a todos con amor y respeto.
Ayúdanos a ser testigos fieles de tu verdad
y a difundir tu palabra con alegría y entusiasmo.

Que nuestro servicio sea un reflejo de tu amor incondicional y de tu sacrificio en la cruz. Amén."

Avisos Parroquiales
AVISOS PARROQUIALES
  • Seguimos solicitando despensa y medicinas para los pobres de la comunidad y para los albergues de migrantes.
  • Regalos para la tómbola para la comida de Navidad para los pobres.
  • De pie
    ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

    Te rogamos, Señor, que aumente en nosotros la acción de tu poder y que, alimentados con estos sacramentos celestiales, tu favor nos disponga para alcanzar las promesas que contienen. Por Jesucristo, nuestro Señor.

    Amén.

    RITO DE CONCLUSIÓN

    El Señor esté con ustedes

    Y con tu espíritu

    La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.

    Amén

    MOTIVACIÓN A LA SALIDA

    Seamos verdaderos servidores de nuestras familias y de nuestra comunidad

    Glorifiquen al Señor con su vida. Pueden ir en paz.

    Demos gracias a Dios.

    CANTO DE SALIDA
    Estrofa 1
    Si no soy capaz de dar mi vida por amor.
    Si no puedo yo entregarle todo a los demás.
    Si al abrir los labios no predico la verdad.
    Soy hoja en el viento, nada soy.
    Estrofa 2
    Si no puedo amar más que a mi pobre corazón.
    Si no entiendo en pleno la palabra caridad.
    Si cuando he caído no hago nada por cambiar.
    Soy grano de arena, nada soy.
    Coro
    Tú me transformas, Señor, a cada instante,
    por ti yo puedo cambiar para salvarme,
    dame tu mano y verás dame esperanza,
    como la lluvia a la flor tu me haces falta,
    sólo con Dios ya lo ves,
    tengo un nuevo corazón.
    Tú tienes tantas formas de amar.
    Tú tienes tantas formas de amar.

    UNA ENTRE TODAS

    Una entre todas fue la escogida;
    fuiste Tú, María, la elegida,
    Madre del Señor, Madre del Salvador.

    María, llena de gracia y consuelo,
    ven a caminar con el pueblo,
    nuestra Madre eres Tú.
    María, llena de gracia y consuelo,
    ven a caminar con el pueblo,
    nuestra Madre eres Tú.

    María, llena de gracia y consuelo,
    ven a caminar con el pueblo,
    nuestra Madre eres Tú.
    María, llena de gracia y consuelo,
    ven a caminar con el pueblo,
    nuestra Madre eres Tú.

     

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