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Plegarias Eucarísticas


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Original

 

Misa


Completa Base

 

 

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XXXII Ordinario

12 de noviembre de 2023
XXXII Ordinario
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos, hermanos, a la celebración de la Eucaristía dominical, en la que tenemos la luz del Espíritu Santo para mantenernos en la esperanza de alcanzar la vida eterna, con Cristo resucitado, en la fiesta que no tiene fin. Animémonos unos a otros a participar vivamente en el gozo y la alegría de esta celebración. De pié y, a una voz, entonemos la antífona y el canto de entrada.
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 88, 2
Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, inclina tu oído a mi clamor.
Canto de entrada
Coro
¡Despertemos, llega Cristo!
¡Ven, Señor Jesús!
¡Acudamos a su encuentro!
¡Ven, Señor!
Estrofa 1
La Iglesia espera tu venida, mi Dios
¡Ven, Señor Jesús! (Maranatha)
Y llena de alegría canta
¡Ven, Señor Jesús! (Maranatha)
Coro
¡Despertemos, llega Cristo!
¡Ven, Señor Jesús!
¡Acudamos a su encuentro!
¡Ven, Señor!

PORQUE ES NAVIDAD

Quieres saber una cosa?
Ya se acerca navidad
Prepara una gran sonrisa
Hay mucho que celebrar
Quieres, quieres saber lo importante
Todo depende de ti
Con el corazón a punto
Porque es navidad

Pon los adornos, saca las luces, el nacimiento está
Coloca el árbol, un villancico y la estrella brillará
Y siempre recuerda ésta canción

Quieres saber una cosa?
Ya se acerca navidad
Prepara una gran sonrisa
Hay mucho que celebrar
Quieres, quieres saber lo importante
Todo depende de ti
Con el corazón a punto
Porque es navidad

Ya llega el niño, María duerme, San José en el portal
Junto a los reyes prepara todo la fiesta va a empezar
Este es el día especial

Quieres saber una cosa?
Ya se acerca navidad
Prepara una gran sonrisa
Hay mucho que celebrar
Quieres, quieres saber lo importante
Todo depende de ti
Con el corazón a punto
Con el corazón a punto
Con el corazón a punto
Porque es navidad
Porque es navidad

En el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
SALUDO
El Dios de la esperanza, que por la acción del Espíritu Santo nos colma con su alegría y con su paz, esté siempre con todos ustedes.
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
Al comenzar esta celebración eucarística, pidamos a Dios que nos conceda la conversión de nuestros corazones; así obtendremos la reconciliación y se acrecentará nuestra comunión con Dios y con nuestros hermanos.
(Silencio)

Tú que eres la plenitud de la verdad y de la gracia:

Señor, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Tú que te has hecho pobre para enriquecernos:

Cristo, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Tú que has venido para hacer de nosotros tu pueblo santo:

Señor, ten piedad.

Señor, ten piedad.

GLORIA

ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para que, con el alma y el cuerpo bien dispuestos, podamos con libertad de espíritu cumplir lo que es de tu agrado.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén
Tomen asiento daremos inicio a la:
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
En este libro de un apenas unos ochenta años antes de Cristo, la Sabiduría personificada nos anima a buscarla en el devenir de nuestra vida personal y en desarrollo de la vida social. Sólo sale al encuentro de quienes buscan el sentido de sus vidas en el acontecer humano. Escuchemos con atención.
PRIMERA LECTURA
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Radiante e incorruptible es la sabiduría; con facilidad la contemplan quienes la aman y ella se deja encontrar por quienes la buscan y se anticipa a darse a conocer a los que la desean.

El que madruga por ella no se fatigará, porque la hallará sentada a su puerta. Darle la primacía en los pensamientos es prudencia consumada; quien por ella se desvela pronto se verá libre de preocupaciones.

A los que son dignos de ella, ella misma sale a buscarlos por los caminos; se les aparece benévola y colabora con ellos en todos sus proyectos.

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL SALMO
Respondamos a la iniciativa del libro de la Sabiduría con el salmo 62 diciéndo
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 62
Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco;
de ti sedienta está mi alma.
Señor, todo mi ser te añora
como el suelo reseco añora el agua.

Señor, mi alma tiene sed de ti.

Para admirar tu gloria y tu poder,
con este afán te busco en tu santuario.
Pues mejor es tu amor que la existencia;
siempre, Señor, te alabarán mis labios.

Señor, mi alma tiene sed de ti.

Podré así bendecirte mientras viva
y levantar en oración mis manos.
De lo mejor se saciará mi alma.
Te alabaré con jubilosos labios.

Señor, mi alma tiene sed de ti.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
San Pablo, en esta carta que vamos a escuchar, nos recuerda que estamos llamados a compartir el destino final de Cristo, resucitado junto al Padre. Es el sentido de mantenernos firmes en la perseverancia por la esperanza de resucitar con Él. Pongamos atención y devoción por la Palabra que es Cristo mismo.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-18

Hermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que mueren en Jesús, Dios los llevará con él.

[Lo que les decimos, como palabra del Señor, es esto: que nosotros, los que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no tendremos ninguna ventaja sobre los que, ya murieron.

Cuando Dios mande que suenen las trompetas, se oirá la voz de un arcángel y el Señor mismo bajará del cielo. Entonces, los que murieron en Cristo resucitarán primero; después nosotros, los que quedemos vivos, seremos arrebatados, juntamente con ellos entre nubes por el aire, para ir al encuentro del Señor, y así estaremos siempre con él.

Consuélense, pues, unos a otros con estas palabras.]

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL EVANGELIO
Jesús, que utilizaba, como los profetas y los rabinos de su época, parábolas o comparaciones para enseñar, hoy nos enseña, con una escena típica de una boda, la importancia de la vigilancia, es decir poner siempre atención a la observancia de sus mandamientos. Pongamos una atención especial a su palabra.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt. 24, 44
Aleluya, Aleluya
Coro
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya.
Estrofa 1
Ven Señor Jesús,
a darnos la paz.
Coro
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya.
Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre.
Aleluya, Aleluya
EVANGELIO
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.

Del santo Evangelio según san Mateo 25,1-13
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos es semejante a aquellas diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara.

Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: '¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!'. Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: 'Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando'. Las previsoras les contestaron: 'No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo'.

Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta, Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: 'Señor, señor, ábrenos'. Pero él les respondió: 'Yo les aseguro que no las conozco'. Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Tomen asiento
HOMILÍA
Esperar a Jesús con las lámparas encendidas

Entre los primeros cristianos había, sin duda, discípulos «buenos» y discípulos «malos». Sin embargo, al escribir su evangelio, Mateo se preocupa sobre todo de recordar que, dentro de la comunidad cristiana, hay discípulos «sensatos» que están actuando de manera responsable y discípulos «necios» que actúan de manera frívola y descuidada. ¿Qué quiere decir esto?

Mateo recuerda dos parábolas de Jesús. La primera es muy clara. Hay algunos que «escuchan las palabras de Jesús» y «las ponen en práctica». Toman en serio el evangelio y lo traducen en vida. Son como el «hombre sensato» que construye su casa sobre roca. Es el sector más responsable: los que van construyendo su vida y la de la Iglesia sobre la verdad de Jesús.

Pero hay también quienes escuchan las palabras de Jesús y «no las ponen en práctica». Son tan «necios» como el hombre que «edifica su casa sobre arena». Su vida es un disparate. Si fuera solo por ellos, el cristianismo sería pura fachada, sin fundamento real en Jesús.

Esta parábola nos ayuda a captar el mensaje fundamental de otro relato en el que un grupo de jóvenes salen, llenas de alegría, a esperar al esposo para acompañarlo a la fiesta de su boda. Desde el comienzo se nos advierte que unas son «sensatas» y otras «necias».

Las «sensatas» llevan consigo aceite para mantener encendidas sus lámparas; las «necias» no piensan en nada de esto. El esposo tarda, pero llega a medianoche. Las «sensatas» salen con sus lámparas a iluminar el camino, acompañan al esposo y «entran con él» en la fiesta. Las «necias», por su parte, no saben cómo resolver su problema: «se les apagan las lámparas». Así no pueden acompañar al esposo. Cuando llegan es tarde. La puerta está cerrada.

El mensaje es claro y urgente. Es una insensatez seguir escuchando el evangelio sin hacer un esfuerzo mayor para convertirlo en vida: es construir un cristianismo sobre arena. Y es una necedad confesar a Jesucristo con una vida apagada, vacía de su espíritu y su verdad: es esperar a Jesús con las «lámparas apagadas». Jesús puede tardar, pero nosotros no podemos retrasar más nuestra conversión.

Nos ponemos de pie
Credo Niceno-Constantinopolitano
CREDO NICENO-CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;

que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;

y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo,

y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

Hermanos y hermanas, el relato de las diez jóvenes que hemos escuchado en el evangelio de hoy es una llamada de atención a no perder la oportunidad de participar en la gran fiesta del Reino. Oremos juntos:

Padre, que nuestra esperanza seas siempre Tú.

Padre, que nuestra esperanza seas siempre Tú.

• Padre bueno, que la Iglesia sea capaz de reinventarse en palabras y signos para seguir ofreciendo tu propuesta de vida hoy.

Padre, que nuestra esperanza seas siempre Tú.

• Padre bueno, que nuestras celebraciones comunitarias y parroquiales sean pequeñas fiestas de acción de gracias por tu invitación a la vida, a la fraternidad universal, a ser presencia tuya en medio del mundo.

Padre, que nuestra esperanza seas siempre Tú.

• Padre bueno, que los creyentes despertemos de nuestra apatía, de nuestro conformismo o descuido, que seamos capaces de retomar nuestro compromiso bautismal en favor de un mundo y una humanidad nueva.

Padre, que nuestra esperanza seas siempre Tú.

• Padre bueno, que nuestro encuentro con tu hijo Jesús se dé en nuestro encuentro con el enfermo, el abandonado, el preso, el hambriento, el samaritano, el marginado…

Padre, que nuestra esperanza seas siempre Tú.

• Padre bueno, que todos seamos responsables y solidarios con nuestro hacer y ser ante la tragedia por los huracanes y la migración, que siempre busquemos favorecer la responsabilidad individual y colectiva.

Padre, que nuestra esperanza seas siempre Tú.

ORACION POR LAS VOCACIONES

Oh, Jesús,
Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar
con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad,
danos vocaciones,
danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la Inmaculada
Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.
Oh Jesús, danos sacerdotes y religiosos
según tu corazón. Amén.

Pueden sentarse, ahora iniciamos la:
LITURGIA EUCARÍSTICA
MONICIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos Señor, este pan y este vino, signos de nuestra fe bien encendida que se nutre del Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, en que convertirás estas ofrendas.
CANTO DE OFRENDAS
Estrofa 1
En la espera de que vengas, oh Señor,
preparamos esta ofrenda bajo el sol,
bajo el sol que nos anuncia,
la pronta llegada tuya
preparamos nuestro corazón.
Coro
Y recibe, oh Dios, mi vida
que la traigo aquí rendida
y transfórmala en tu amor.
Estrofa 2
Con el trigo, el trajín de una jornada,
con el vino, la alegría y el amor,
toma nuestras esperanzas,
sacrificios de alabanzas
que sean gratos a tu corazón.
Coro
Y recibe, oh Dios, mi vida
que la traigo aquí rendida
y transfórmala en tu amor.

A TI, SEÑOR

A ti Señor, levantaré mi alma
A ti Señor, levantaré mi alma
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

De los pecados de mi juventud
y de mis rebeliones no te acuerdes más.
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

¿Quién es el hombre que teme al Señor?
Él le enseñará el camino a seguir.
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

Mira mi aflicción y mi trabajo
y perdóname mis pecados.
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

Guarda mi alma y líbrame
no sea yo avergonzado porque en ti confíe
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado, no se alegren
de mí mis enemigos.

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; Él será para nosotros bebida de salvación.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

Lava del todo mi delito. Señor, y limpia mi pecado.

De pie

Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, mira con bondad este sacrificio, y concédenos alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios

Es justo y necesario

PREFACIO: Enfermedad y muerte

Es nuestro deber que te agradezcamos de corazón las maravillas insondables del universo, la creación del género humano y nuestra propia existencia. Gracias, Señor, por ser como eres. Tú eres el Dios liberador, esperanza de los cautivos y oprimidos. Tú eres el Dios bueno, en el que ponen su fe los pobres de este mundo.

Tú eres el Dios de la Vida, la que vivimos junto a Ti, aun sin verte. Nos llena de vergüenza reconocer que apenas cuentas en nuestras vidas, que te hemos marginado, al igual que hemos hecho con tantos hermanos. Te prometemos cambiar, hacernos cargo al menos de los hermanos más indefensos, los enfermos, cuidarlos y compartir con ellos los bienes que disfrutamos. Unidos ahora a toda la gente de buena voluntad, recitamos en tu honor este himno de alabanza.

SANTO

Estrofa 1
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo,
llenos están, el cielo y la tierra,
de tu gloria, hosanna
Coro
Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo,
hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.
Estrofa 2
Bendito el que viene
en el nombre del Señor,
hosanna en el cielo,
hosanna.
Coro
Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo,
hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.

SANTO

Santo, Santo, Santo, El Señor Dios del Universo
el cielo y la tierra están llenos de su gloria.

Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo
Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo.

Bendito el que viene en el nombre del Señor

Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo
Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo.

Santo eres Tú, Dios y Padre, santo es tu Espíritu que refuerza nuestra debilidad, y santo es tu hijo Jesús, que nos enseña cómo luchar. El ejemplo de Jesús, tan cercano, ilumina nuestro camino. Se retrató, quizás sin querer, en el buen samaritano.

Sintió compasión por las gentes que le seguían, porque andaban como ovejas sin pastor, y se dedicó de por vida a descubrirles cómo debían ayudarse unos a otros, y cómo habrían de compartir sus panes y sus habilidades. A un mundo así, más humano, generoso y compasivo, le llamó Reino de Dios y comprometió su vida en este empeño.

Cuando ya estaba próxima su muerte, nos pidió ayuda y nos encargó que continuáramos su lucha por el Reino.

Consagración del Pan y el Vino

Por eso. Padre, te rogamos que tu Santo Espíritu santifique estas ofrendas, para que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor, y así celebremos el gran misterio que nos dejó como alianza eterna.

Porque él mismo, llegada la hora en que había de ser glorificado por ti, Padre santo, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Y, mientras cenaba con sus discípulos, tomó pan, te bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo:

Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.

Del mismo modo, tomó el cáliz lleno del fruto de la vid, te dio gracias y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.

Hagan esto en conmemoración mía.

Éste es el Misterio de la fe. Cristo se entregó por nosotros.

Salvador del mundo, sálvanos, tú que nos has liberado por tu cruz y resurrección.

Aquí estamos, Padre Dios, cargados de recuerdos por la dolorosa pasión y muerte de nuestro hermano Jesús aunque nos consuela saber que ya está en tus manos amorosas de Padre. Necesitamos tu Espíritu, Señor, para superar nuestras muchas limitaciones.

Reconocemos humildemente que no queremos verte en nuestros hermanos, que nos hacemos los ciegos cuando se cruzan con nosotros los necesitados y fingimos ser sordos y ocupados cuando nos vienen a pedir auxilio.

Agranda y ablanda nuestro corazón, Padre bueno, para parecernos más a Ti, tan parecidos como la virgen María, madre de nuestro Señor Jesucristo, como San José su esposo, o como los santos y mártires, esparcidos por el mundo entero, imagen viva de tu amor.

Danos entrañas de misericordia, para que, unidos al Papa Francisco, a nuestro Obispo Carlos y sus Obispos auxiliares, presbíteros y diáconos, no seamos insensibles ante el dolor y el hambre que sufre más de media humanidad. Inspíranos las palabras oportunas para el hermano deprimido y ayúdanos a mostrarnos siempre disponibles para quien nos necesite.

Danos ojos maternos, siempre comprensivos, para ver el buen fondo que hay en todas las personas. Da el eterno descanso a nuestros hermanos difuntos y a todos los que murieron en tu amistad. Brindemos por la esperanza en ese otro mundo posible, porque no estamos solos en esta tarea, si contamos, Padre Dios, con la fuerza de tu espíritu y la presencia entre nosotros de tu hijo Jesús.

Amén

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
RITO DE COMUNIÓN

Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Padre Nuestro
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Líbranos de todos los males, Señor y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
Compartamos un cordial saludo de paz.
CORDERO
Estrofa 1
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo.
ten piedad de nosotros
ten piedad de nosotros.
Estrofa 2
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo.
ten piedad de nosotros
ten piedad de nosotros.
Estrofa 3
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo.
danos la paz, danos la paz,
danos, danos, danos la paz,
danos, danos, danos la paz.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros, ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros, ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Danos la paz, danos la paz.

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo,diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.

Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme.
MOTIVACIÓN A LA ANTÍFONA DE COMUNIÓN

Antes de recibir a Jesús Eucaristía, digamos juntos la Antífona de la Comunión.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 23, 1-2

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.

Pueden sentarse
CANTO DE COMUNIÓN
Estrofa 1
Una voz clama en el yermo:
"preparad los caminos a Dios",
su verbo proclama su gloria
y aquellos que creen la verán.
Coro
Ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza
ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza.
Estrofa 2
El Espíritu está sobre ti, Jesús,
la Buena Nueva a los pobres traes,
la libertad al cautivo,
la luz a los ciegos das.
Coro
Ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza
ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza.
Estrofa 3
Por nuestra desobediencia
entró el dolor en el mundo,
mas Tú cargando con ella
rescatas a la humanidad.
Coro
Ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza
ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza.
Estrofa 4
Bendito seas, Dios de Israel,
porque eres fiel a tu alianza
y has liberado a tu pueblo
de toda injusticia y temor.
Coro
Ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza
ven Señor de la justicia,
ven Jesús nuestra esperanza.


 


 

VEN SEÑOR

Mi Jesús, hoy quiero cantar
Que mi corazón dispuesto está
Tu amor y Tu majestad
En el una cuna encontrarán

Por eso ven, ven Señor,
Ilumina al mundo entero
Con tu paz y amor.
Ven Señor
Enciende otra vez el fuego
De mi corazón.
Ven Señor
Que hoy también yo quiero
Sentir tu calor.
Ven Señor
Que un pesebre encontrarás
En mi corazón.

Entra en mí, otra vez Señor,
como en mi primera comunión
no soy el mejor, pero aquí estoy,
se que tú me quieres tal cual soy.

Por eso ven, ven Señor,
Ilumina al mundo entero
Con tu paz y amor.
Ven Señor
Enciende otra vez el fuego
De mi corazón.
Ven Señor
Que hoy también yo quiero
Sentir tu calor.
Ven Señor
Que un pesebre encontrarás
En mi corazón.

Al cerrar, mis ojos Señor,
te siento muy cerquita de mi,
y al mirar tu rostro mi Dios
yo siempre te veo sonreír.

Por eso ven, ven Señor,
Ilumina al mundo entero
Con tu paz y amor.
Ven Señor
Enciende otra vez el fuego
De mi corazón.
Ven Señor
Que hoy también yo quiero
Sentir tu calor.
Ven Señor
Que un pesebre encontrarás
En mi corazón.

A veces Señor, me niego a Tu amor,
camino sin pensar en ti,
por eso Jesús, te pido perdón,
y me acerco confiado en Tu amor.

Por eso ven, ven Señor,
Ilumina al mundo entero
Con tu paz y amor.
Ven Señor
Enciende otra vez el fuego
De mi corazón.
Ven Señor
Que hoy también yo quiero
Sentir tu calor.
Ven Señor
Que un pesebre encontrarás
En mi corazón.


 


 


 

REFLEXIÓN

Después de haber comulgado, unámonos en oración por la misión parroquial.

ORACIÓN POR LA MISIÓN PARROQUIAL

Señor, que la misión
de la Parroquia San Vicente Ferrer
sea una manifestación de compasión y
solidaridad hacia los pobres y necesitados,
acercándolos a la presencia amorosa de Dios.
Que llegue a los corazones de los alejados,
ofreciéndoles un camino
de retorno a la fe y la comunidad.
Que los jóvenes encuentren en esta misión
un espacio de crecimiento espiritual y personal,
donde puedan descubrir su vocación
y comprometerse en la construcción
de un mundo mejor.
Que las familias sean fortalecidas en su unidad
y en su papel como cimientos de la sociedad,
encontrando en la misión parroquial
un refugio de amor y apoyo en su camino de fe.
Encomendamos esta misión
al amor maternal de la Virgen María,
quien siempre intercede por nosotros
ante su Hijo, Jesús.
Que su ternura y guía nos acompañen
en cada paso de este camino.
Asimismo, confiamos en la intercesión
de San Vicente Ferrer,
patrón de nuestra parroquia,
para que su ejemplo de servicio y su devoción
nos inspiren a llevar a cabo
nuestra misión parroquial
con amor y entrega, para la gloria de Dios
y el bienestar de nuestra comunidad.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Avisos Parroquiales
AVISOS PARROQUIALES
  • Seguimos solicitando despensa y medicinas para los pobres de la comunidad y para los albergues de migrantes.
  • Regalos para la tómbola para la comida de Navidad para los pobres.
  • De pie
    ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

    Alimentados con estos sagrados dones, te damos gracias, Señor, e imploramos tu misericordia, para que, por la efusión de tu Espíritu, cuya eficacia celestial recibimos, nos concedas perseverar en la gracia de la verdad.

    Amén.

    RITO DE CONCLUSIÓN

    El Señor esté con ustedes

    Y con tu espíritu

    BENDICIÓN SOLEMNE

    Que Dios todopoderoso los bendiga con su misericordia y les conceda la sabiduría que salva.

    Amén.

    Que aumente siempre en ustedes la fe y los haga perseverar en las buenas obras.

    Amén.

    Que enderece hacia sí los pasos de ustedes y les muestre el camino del amor y de la paz.

    Amén

    Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.

    Amén

    MOTIVACIÓN A LA SALIDA

    Con nuestra fe bien encendida seamos testigos del Señor.

    En la paz de Cristo, vayan a servir a Dios y a sus hermanos.

    Demos gracias a Dios.

    CANTO DE SALIDA
    Estrofa 1
    Si no soy capaz de dar mi vida por amor.
    Si no puedo yo entregarle todo a los demás.
    Si al abrir los labios no predico la verdad.
    Soy hoja en el viento, nada soy.
    Estrofa 2
    Si no puedo amar más que a mi pobre corazón.
    Si no entiendo en pleno la palabra caridad.
    Si cuando he caído no hago nada por cambiar.
    Soy grano de arena, nada soy.
    Coro
    Tú me transformas, Señor, a cada instante,
    por ti yo puedo cambiar para salvarme,
    dame tu mano y verás dame esperanza,
    como la lluvia a la flor tu me haces falta,
    sólo con Dios ya lo ves,
    tengo un nuevo corazón.
    Tú tienes tantas formas de amar.
    Tú tienes tantas formas de amar.

    UNA ENTRE TODAS

    Una entre todas fue la escogida;
    fuiste Tú, María, la elegida,
    Madre del Señor, Madre del Salvador.

    María, llena de gracia y consuelo,
    ven a caminar con el pueblo,
    nuestra Madre eres Tú.
    María, llena de gracia y consuelo,
    ven a caminar con el pueblo,
    nuestra Madre eres Tú.

    María, llena de gracia y consuelo,
    ven a caminar con el pueblo,
    nuestra Madre eres Tú.
    María, llena de gracia y consuelo,
    ven a caminar con el pueblo,
    nuestra Madre eres Tú.

     

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